La Primera Comunión es un día que marca la infancia de los hijos, un día que les convierte en protagonistas absolutos y centro de todas las miradas, un día que acaba siendo inolvidable. Por esta razón, las madres ponen todo su empeño en convertir a sus niñas en unas princesas, empezando por un elegante vestido y terminando por unos coquetos zapatos blancos.
En la puesta a punto de las hijas para ese día tan especial no puede faltar un adecuado peinado, que sea elegante y clásico, y, eso sí, que no destaque por su estilo moderno o atrevido. En la Primera Comunión mandan los aires sobrios, pulcros y naturales.
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